Aunque el modelo de probabilidad lineal no se puede interpretar en términos del cociente de probabilidades, los resultados de la Tabla \ref{tab:ResultadosLPM} son, en general, consistentes con los de la Tabla \ref{tab:Resultados}. En particular, la probabilidad de sentir depresión significativa aumenta con la edad y las mujeres son más propensas a sufrir de depresión, al igual que los habitantes de estratos rurales. Asimismo, el Modelo 3 indica que existen diferencias estadísticamente significativas entre todas las regiones del país y la Ciudad de México, pero son los habitantes de le región centro lo más propensos a sufrir de depresión. Finalmente, las personas con síntomas inflamatorios incrementan la probabilidad de sufrir de depresión significativa en 0.235 puntos.
Discusión
Este estudio ha analizado la asociación entre los síntomas inflamatorios y la depresión desde un punto de vista econométrico. Los resultados están alineados con los encontrados por la creciente literatura clínica, la cual apunta a que esta asociación es positiva \citep{Dantzer2008} y posiblemente bidireccional \citep{Beurel2020}. Además, se ha encontrado que los síntomas de depresión significativa también están positivamente asociados con la edad \citep{Roberts1997} y es más prevalente en mujeres que en hombres \citep{Albert2015}.
También se ha identificado que los habitantes de la zona centro de México son más propensos a sufrir de depresión significativa que los habitantes del resto del país y, específicamente, a los de la Ciudad de México, al igual que los habitantes de zonas rurales. En principio, estos resultados parecen contraintuitivos \citep{Breslau2014,van2021}. Sin embargo, estudios recientes muestran que las ciudades más grandes y las zonas urbanas podrían presentar menores tasas de depresión debido, en parte, a los mejores niveles de vida en ciudades grandes y zonas urbanas \citep{Probst2006}, a la mayor cantidad de opciones que tienen los individuos para interactuar \citep{Stier2021} y al acceso a tratamientos contra enfermedades mentales \citep{Jones2011}. Otras posibles razones son 1) la edad promedio en las ciudades más grandes (usualmente compuestas de adultos jóvenes), 2) el nivel educativo de los residentes y 3) el nivel de ingresos, estos dos últimos usualmente más altos en comparación con los niveles educativos y el nivel de ingresos de las ciudades más pequeñas y el de los habitantes de zonas rurales \citep{Stier2021}.
La depresión es una enfermedad que trae consigo costos muy altos para quien la padece y para su círculo cercano, pero también supone una carga económica muy alta para la sociedad en su conjunto. Estos costos no solo son los directamente asociados con la enfermedad, y específicamente los asociados con el tratamiento, sino aquellos asociados a la pérdida de empleos, a la baja productividad y al abstencionismo en el trabajo \citep{Stoudemire1986}, así como a los costos asociados a otras comorbilidades \citep{Greenberg2021} y a la sobreutilización de servicios de salud \citep{Simon1995}. La carga económica de la depresión es difícil de medir y usualmente se subestima \citep{Greenberg2005}, pero los datos más recientes apuntan a una carga de aproximadamente 326.2 millones de dólares en 2018 considerando solo adultos en los Estados Unidos \citep{Greenberg2021} y 21 millones de dólares en 2013 para el caso de México \citep{Arredondo2018}. Esto le da particular relevancia a la elaboración de políticas públicas enfocadas a combatirla.
En México, se estima que menos del 30% de las personas que presentan algún tipo de desorden mental buscan ayuda \citep{Medina-Mora2005}, y quienes lo hacen podrían tardar hasta 30 años en llegar a un tratamiento especializado \citep{Wang2007}. Esto último es reconocido en el Programa Institucional 2020-2024 del Instituto de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, el cual plantea como principal problemática en la atención de la salud mental el diagnóstico tardío de los trastornos mentales, así como el crecimiento en la demanda de servicios en relación con el bajo crecimiento en el financiamiento de operación y la escasa inversión y escaso desarrollo de la investigación en esta área. Esto dirige a la política pública no solo hacia la concientización de la población, sino también a la ampliación y mejora de los aspectos administrativos del sistema de salud en México, incluyendo un aumento y redistribución del financiamiento para fortalecer la atención de primer nivel \citep{Berenzon2013}.
Pero, además, los resultados de este estudio apoyan la idea de que la identificación de los factores de riesgo relacionados con los procesos inflamatorios podría ser un medio efectivo para la intervención oportuna y eventual detección y atención de la depresión. De hecho, cuando un paciente presenta ambos síntomas, un tratamiento conjunto podría resultar en una mejor recuperación y un menor riesgo de recurrencia \citep{Kiecolt-Glaser2015}.
En México se han hecho esfuerzos por mejorar la atención primaria y preventiva en cuestión de enfermedades relacionadas con los síntomas inflamatorios y, específicamente, aquellas consideradas como problemas de salud pública, tales como obesidad, hipertensión y diabetes. Para esto, el Programa Sectorial de Salud 2020-2024 contempla inversiones para incrementar la capacidad material y humana del Sistema Nacional de Salud y para mejorar la capacidad administrativa en los centros de salud \citep{federacin}. No existe aún evidencia que permita saber si las acciones específicas planteadas por este programa han sido efectivas. Sin embargo, los resultados de este estudio permiten deducir que estas estrategias podrían no solo ayudar a disminuir las altas tasas de prevalencia de enfermedades en México, sino que, como consecuencia, podrían también reducirse los casos de depresión significativa.
El presente análisis presenta algunas limitaciones que deben de tomarse en cuenta. Primero, dado que la ENSANUT 2018 es una base de datos de sección cruzada, no es posible hablar de una relación causal entre depresión y síntomas inflamatorios. Segundo, las variables relacionadas con los síntomas inflamatorios podrían estar sujetas a errores de medición. Esto es porque se han utilizado datos sobre el diagnóstico de enfermedades y no los de las mediciones particulares realizadas durante el levantamiento de la encuesta. Tercero, para incorporar la existencia de endogeneidad (y, por lo tanto, causalidad inversa) se ha construido un índice que no tiene (necesariamente) justificación médica. Finalmente, existen otras variables que podrían incorporarse al modelo econométrico para mejorar su especificación y, por tanto, su interpretación. Entre estas se encuentran variables socioeconómicas, tales como nivel de estudios y nivel de ingresos; así como otras variables clínicamente aceptadas como causantes de depresión, tales como el nivel de estrés y otros rasgos de la personalidad.
Conclusiones
En este estudio se ha analizado la asociación entre la depresión y los síntomas inflamatorios en México usando una muestra de adultos mayores de 20 años. A diferencia de gran parte de la literatura existente sobre el tema, la cual suele analizar esta asociación desde una perspectiva clínico-experimental y a menor escala, aquí se han utilizado técnicas econométricas. Específicamente, se ha utilizado un modelo del tipo logit ajustado al caso de encuestas con diseño complejo.
Para medir la depresión, se han utilizado los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 para construir la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos, versión abreviada, o CESD-7. Además, dado que los procesos inflamatorios no son directamente observables, se han utilizado como variables proxy los indicadores de diversas enfermedades asociadas a la inflamación, tales como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades renales, entre otras. De igual forma, se ha utilizado una metodología de correspondencias múltiples para construir un indicador de salud como proxy único de los síntomas inflamatorios. Finalmente, para tomar en cuenta la posible bidireccionalidad en la asociación entre depresión e inflamación, se ha considerado un modelo de probabilidad lineal con endogeneidad, en el cual se ha usado un índice de factores heredo-familiares como instrumento de la inflamación.
A pesar de sus limitaciones técnicas, el modelo utilizado permite encontrar evidencia estadística de una asociación positiva y altamente significativa entre la depresión y los síntomas inflamatorios. Sin embargo, también se ha encontrado que los síntomas de depresión están positivamente asociados con la edad, que es más prevalente en mujeres que en hombres y que los habitantes de la zona centro de México son más propensos a sufrir de depresión significativa que los habitantes del resto del país y, específicamente, a los de la Ciudad de México, al igual que los habitantes de zonas rurales.
Si bien los resultados obtenidos no permiten hacer un cálculo de la carga económica que representa la depresión en México ni elaborar un análisis del impacto de esta sobre la calidad de vida de los individuos que la padecen, sí permiten hacer deducciones de alto impacto en términos de política pública para el sector salud.